¿Cristiano y sigo, enfermo?
13 de Marzo de 2023
El tema de la semana pasada de oración y del sábado de ayuno congregacional aquí fue “La Sanidad Física”.
Hubo mucha enseñanza acerca del porque aún sufrimos enfermedad física si ya estamos en Cristo, ya que ciertamente llevó él nuestras enfermedades1. ¿Quiere Dios que tengamos enfermedad física?, muchas veces nos preguntamos y muchas veces quedamos sin entender.
Muchas de nuestras dolencias dependen de nosotros, consecuencias de permanecer en nuestros pecados, la manera como nos alimentamos, nuestra falta de perdón2, etc. El pecado y/o la enfermedad de otras personas pueden causar enfermedades en nosotros, enfermedades heredaras genéticamente o contagiosas, por ejemplo. Otras de nuestras dolencias dependen directamente de la voluntad de Dios, se pueden manifestar enfermedades para que la gloria de Dios sea manifestada3, o porque el Señor tiene otra voluntad-otro plan, por ejemplo.
El Apóstol Pablo enlistó las partes en que está compuesto nuestro ser, espíritu-alma-cuerpo4. Pero, como consecuencia del primer pecado, la muerte entró y todo nuestro ser empieza a sufrir ese proceso decadente en todas las áreas. En el área espiritual se crea una barrera y no podemos disfrutar de la relación con Dios. En el área del alma, nuestro ser se corrompe internamente, a través de pensamientos incorrectos. En el área física, estamos incapacitados de tomar del árbol de la vida5 para vivir físicamente en este estado pecaminoso, naciendo para morir. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” 5
“Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.” 6
Estando en Cristo, nuestro espíritu regresa a tener comunión con el Espíritu Santo de Dios; nuestra alma es salvada y empezamos un proceso de restauración a través de la renovación de nuestro entendimiento; nuestro cuerpo empieza ser cuidado de mejor manera y mantenemos la esperanza de que Dios nos permitirá disfrutar de mejor salud, sanando nuestras enfermedades, de manera milagros, si es su voluntad.
Creamos lo que dice la Biblia, que nuestro Dios es Dios Sanador7 nos puede sanar en un instante de todas nuestras dolencias. No olvidemos que, a través de una enfermedad, Él nos lleva a vivir eternamente con El.
Nunca perdamos esa esperanza, nuestro Dios es Dios Misericordioso y oye las oraciones de sus hijos y nos libra de nuestras aflicciones.
No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada su iniquidad. Isaías 33:24
1 Isaías 53: 4
2 Leer Mateo 18: 23-35, enfatizando los versículos 33 al 35. En Ezequiel 9 encontraremos quienes son los verdugos y que hacen.
3 Juan 9:3
4 1 Tesalonicenses 5:23
5 Genesis 3: 22
6 Romanos 5: 12
7 Éxodo 15: 26
